La misión a la luna de China regresa a la Tierra, convirtiendo a la nación en una potencia espacial.

Con dos kilos de roca y suelo lunar, la cápsula Chang’e-5 de China aterrizó en las estepas congeladas de Mongolia Interior a principios del jueves y colocó a China en las filas de las tres únicas naciones que se han aventurado a la luna y han traído muestras.

La misión proporcionará a los investigadores de la Tierra el primer lote fresco de material lunar en 44 años. La última entrega fue en 1976, cuando la misión soviética Luna 24 recogió unas seis onzas de rocas lunares y las devolvió.

El éxito de la misión Chang’e-5, que puso fin a una serie de avances en el programa espacial chino sólo en los últimos dos años, ha aumentado la confianza de Pekín. El jueves, los exultantes funcionarios dirigieron su atención a los futuros objetivos y dijeron que esperaban erigir una base lunar tripulada para el 2030 como trampolín para una mayor exploración espacial. Pero otros funcionarios desestimaron las críticas de que China busca repetir la carrera espacial de la era de la Guerra Fría que enfrentó a la Unión Soviética con los Estados Unidos.

China lanzó su misión Chang’e-5 el 24 de noviembre, y su módulo de aterrizaje aterrizó el 1 de diciembre cerca de Mons Rümker, un montículo volcánico en el lado cercano de la luna. Los funcionarios chinos dicen que el sitio es de una edad geológica más joven y puede proporcionar nuevos conocimientos sobre la composición de la luna y el universo en comparación con los sitios muestreados en los años 60 y 70 por la Unión Soviética y los Estados Unidos – los únicos otros países que han obtenido muestras lunares.

La misión también fue significativa, según los funcionarios espaciales chinos, porque fue la primera vez que China sincronizó y acopló naves en la órbita de la luna.

Las imágenes publicadas por los medios de comunicación estatales mostraron la cápsula de retorno del Chang’e-5, de color cobre, anidada en la nieve y los miembros del personal de recuperación celebrando junto a una bandera china. Las hazañas espaciales de China han avivado el orgullo nacional y han sido una prioridad para el líder chino Xi Jinping, quien ha hablado de su «sueño espacial» como parte de una visión más amplia para que China se convierta en una superpotencia integral.

En una declaración de felicitación, Xi aclamó la misión como una «hazaña notable» que sería recordada por el pueblo chino.

Pidió a China que llevara adelante la exploración espacial y contribuyera «a la construcción del país como una gran potencia espacial, al rejuvenecimiento nacional, al uso pacífico del espacio y a la construcción de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad», según la agencia oficial de noticias Xinhua.

Pei Zhaoyu, subdirector del programa lunar de la Administración Nacional del Espacio de China, dijo que China compartiría algunas muestras con científicos internacionales después de que se abra la cápsula en Pekín, pero hay dudas sobre si eso incluiría a los estadounidenses.

Otro alto funcionario del programa lunar, Wu Yanhua, dijo a los periodistas que el Congreso de Estados Unidos ha prohibido a la NASA colaborar con China desde 2011. El que China comparta ahora su material con los estadounidenses dependerá de «las políticas del gobierno de Estados Unidos», dijo.

China está dispuesta a colaborar con las instituciones e investigadores estadounidenses sobre el principio de «igualdad, beneficio mutuo, uso pacífico y cooperación beneficiosa para todos», dijo Wu. Añadió que a China no le interesa una competición con Estados Unidos como en la década de 1960, cuando los rivales de la Guerra Fría competían para ver «quién llegaba primero o quién llegaba más veces».

Los planes de China para poner a los humanos en la luna aún no han sido fijados, y cualquier posible aterrizaje «debe servir a objetivos científicos»,